El Seminario de Zaragoza.

El Seminario Diocesano de Zaragoza durante el siglo XX ha tenido diversas etapas históricas e incluso de ubicación geográfica de edificios: primero en la Plaza de la Seo y posteriormente en Casablanca. Pero el Seminario no es sólo un edificio, sino, sobre todo, el espacio y el tiempo en los que se van formando quienes han recibido la llamada al sacerdocio. Mucho han cambiado los modos y las formas de esta preparación. No volverá y no debe volver la figura del seminaristas y el modo de formación de hace cien años. Pero nada puede justificar el que no se reconozca lo que supuso cada momento histórico en la vida de la diócesis y de la ciudad. Es necesario actualizar la ingente labor humana, formadora y sacerdotal realizada, muchas veces en condiciones precarias, pero con un enorme entusiasmo y amor a Jesucristo y a su Iglesia. Recordar el pasado es una forma agradecida de proyectar el futuro, Recordar la historia del Seminario es un modo de agradecer a quienes colaboran en las tareas docentes, educativas o de servicio los esfuerzos tantas veces ocultos y es una manera de recordar a todos cuantos, como alumnos, pasaron por el Seminario, sean sacerdotes o no, el sentimiento y el afecto de los momentos tan intensos vividos en él, con las demás personas que forman parte de esa historia personal. En todo caso, que la historia, como “maestra de la vida”, sirva para proyectar un venturoso siglo XXI sobre esta institución eclesial.