La catedral de Zaragoza de la Baja Edad media al Primer Quinientos.

La catedral de Zaragoza –la Seo, como es conocida popularmente-, es, sin duda, uno de los monumentos más importantes de la capital
aragonesa. El edificio -o el complejo, si se prefiere- es fruto de una historia muy dilatada, de casi nueve siglos, a lo largo de los cuales ha ido creciendo orgánicamente, tomando forma hasta adoptar la configuración que ofrece en la actualidad.
La interpretación de monumentos de este tipo, modelados a lo largo del tiempo, suele resultar una tarea compleja que requiere, por un lado, del
estudio exhaustivo y sistemático de las fuentes documentales -en este caso excepcionalmente ricas-, y por otro, del análisis de su propia
realidad constructiva, generada a partir de la superposición de proyectos, añadidos, destrucciones, reformas y reconstrucciones que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, sin solución de continuidad, y que han terminado conformando una suma de vestigios, secuencias, “momentos”, a veces caótica y aparentemente ilegible. En todo caso, el trabajo no puede terminar convirtiéndose en una simple acumulación de datos, sino que debe realizarse, además, un último esfuerzo por cohonestar los obtenidos en el archivo con los aportados por los propios edificios si se aspira a definir sus historias constructivas y a comprender, en la medida de lo posible, el estado que presentan.
Partiendo de estas premisas, hemos tratado de abordar el estudio de la Seo arrancando necesariamente del edificio construido en la segunda
mitad del siglo XII, pero centrándonos en las trasformaciones que habrá de experimentar a lo largo de los siglos XIV y XV, y, sobre todo, entre finales de este último siglo y  comienzos de la centuria siguiente, cuando alcanzará su configuración definitiva, que se irá completando con el paso del tiempo y todavía resulta reconocible en la actualidad.