Sobre campo de azul y carmín.

Este libro se centra en el análisis de los programas de ornamentación arquitectónica, que, realizados, fundamentalmente, en pintura y en yeso, comenzaron a desplegarse sobre diferentes edificios, tanto civiles, como eclesiásticos, entre finales del siglo XV y comienzos de la centuria siguiente. Estos programas presentaban la novedad de incluir el nuevo repertorio ornamental al romano, conformado por motivos tomados del estudio de los monumentos clásicos, y en particular, de la Domus Aurea de Nerón, descubierta hacia 1480. Las más tempranas manifestaciones de este tipo aparecen en ámbitos privilegiados como el palacio de la Aljafería o la Seo de Zaragoza, dos edificios ligados al patrocinio de la corona y bajo el control de sus principales agentes en el reino, en la última década del siglo XV.

Tal y como ya había sucedido en momentos anteriores, estos dos complejos se erigirán en focos de irradiación de nuevas soluciones y modelos, y las novedades planteadas en los sistemas decorativos desarrollados en sus interiores en estos momentos, se encuentran en la base de la importante floración de series decorativas al romano que puede descubrirse en la arquitectura aragonesa de las dos primeras décadas del Quinientos.

Para entonces, comenzará a tomarse conciencia de que, en realidad, este tipo de programas no respondían a los verdaderos fundamentos del arte clásico que deseaba recuperarse, lo que, unido a la progresiva comprensión del sistema que regía su empleo, marcará su declive, y en última instancia, su desaparición definitiva.